La nueva contrata del servicio de limpieza y recogida de residuos incorpora una serie de medidas para reducir la generación de basura y aumentar la recogida selectiva hasta el 60%.
La nueva contrata de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona, que entrará en vigor en noviembre de 2019, es una pieza clave de la estrategia municipal de residuo cero. Según explica el consistorio en un comunicado, “se trata de una nueva adjudicación para la limpieza y la recogida y gestión de residuos más flexible, más transparente y adaptada a las necesidades de cada barrio”.
La contrata de limpieza es uno de los contratos municipales más importantes del Ayuntamiento de Barcelona por la duración, de ocho años y prorrogable a dos años más, y el importe de la adjudicación, de 307 millones de euros anuales. Con el objetivo de tener más control público de este servicio de gestión indirecta, la contrata incorpora nuevas medidas sociales, ambientales y de transparencia para abrir los datos generados por el servicio a la ciudadanía.
Para una gestión y recogida de residuos más eficiente, la nueva contrata de limpieza se adaptará a las características urbanísticas y al uso de los diferentes barrios e incorporará medidas para mejorar el servicio actual. Los objetivos de la estrategia de residuo cero son, por un lado, reducir la generación de residuos de la ciudadanía, de 1,3 kilogramos por habitante y día a 1,2 kilogramos, y por otro, aumentar la recogida selectiva de un 36% a un 60%.
Las principales novedades de la nueva contrata de limpieza y recogida de residuos del Ayuntamiento de Barcelona son:
- Contenedores juntos y accesibles. Se prioriza la colocación de todos los contenedores en un mismo espacio, accesible para todo el mundo, para potenciar la recogida selectiva. El modelo de recogida se mantendrá en las cinco fracciones actuales y se ampliará el contenedor amarillo como recipiente de materiales de metal y de todos los plásticos. En los núcleos históricos donde hay menos contenedores se incorporarán otros sistemas de recogida selectiva.
- Elementos tecnológicos en los contenedores. Se incorporan nuevas tecnologías para obtener información del uso de los contenedores y mejorar la gestión de la recogida de residuos y también, a medio plazo, para iniciar sistemas para promover el reciclaje entre la ciudadanía.
- Menos emisiones y menos ruido. Para mejorar la calidad ambiental, se priorizará una flota de vehículos de cero emisiones y eléctricos para reducir el ruido, sobre todo durante la noche.
- Ampliación progresiva del sistema puerta a puerta de recogida de residuos. Actualmente ya está en marcha una prueba piloto en el casco antiguo de Sarrià. Se valorará, según el grado de complejidad, en qué zonas de la ciudad se podría introducir la recogida puerta a puerta. También se amplía la recogida comercial puerta a puerta en 1.000 establecimientos que generan residuos orgánicos.
- Aplicación de criterios sociales en la contratación. La nueva contrata deberá incluir un plan de igualdad de oportunidades y de no discriminación de personas LGTBI y se realizará un control en el plan de subcontrataciones que se realicen en términos de pagos, condiciones, precios, etc. Como mínimo, el 10% de los nuevos contratos serán de empresas de economía social.