Esta semana está previsto que salga a exposición pública el ambicioso proyecto de ley de Residuos y Suelos Contaminantes de la conselleria de Medio Ambiente de Baleares. La norma persigue reducir un 10% la producción de residuos en los dos próximos años y que al menos el 50% de los desperdicios se desechen de forma selectiva para su reciclaje. La norma regula desde materiales cotidianos, como los bastoncillos para las orejas, hasta los restos de demolición de edificios. Las empresas productoras de residuos deberán elaborar y remitir al Govern cada cuatro años un estudio de minimización de la basura que generan.
No a las cápsulas y bastoncillos
La ley de residuos prevé cambios en todo tipo de enseres y afecta tanto al ámbito doméstico como al profesional. Porque los objetos de un solo uso están por todas partes.
Así, la conselleria de Medio Ambiente prohibirá a partir de 2020 el uso y distribución de mecheros, cuchillas de afeitar, cartuchos y tóner de impresora y fotocopiado que no puedan ser recargados. Las cápsulas de café sólo podrán comercializarse si están fabricadas con materiales «fácilmente reciclables, orgánica o mecánicamente».
Los bastoncillos para los oídos no escapan a la norma: sólo se podrán vender aquellos fabricados con materiales compostables. Otro tanto sucederá con las piruletas y todos los caramelos con palito.
Envases: Guerra a los botellines de agua
Reducir el uso de los botellines de agua es uno de los objetivos primordiales de la ley de residuos. Para ello, la norma obliga a bares y restaurantes a ofrecer «siempre» la posibilidad de consumir agua no envasada gratis y «de forma complementaria a su oferta». Asimismo, se prohibirá la venta de agua en botellas de un solo uso en edificios e instalaciones de las administraciones públicas (los centros sanitarios y los hospitales quedan excluidos de esta prohibición).
En esta línea, las administraciones públicas «promoverán» la instalación de fuentes de agua potable en los espacios públicos o el uso de agua en envases reutilizables. Las empresas de las máquinas expendedoras (‘ vending’) de los edificios públicos serán las responsables de instalar y mantener una fuente de agua potable de acceso gratuito, aunque «alternativamente» podrán comercializar agua en botellas reutilizables».
La ley también regula el consumo de agua durante acontecimientos que cuenten con el apoyo de las instituciones públicas, como podría ser una carrera popular u otros eventos deportivos en los que se suelen repartir botellines de agua para los participantes. Con la nueva normativa, el Govern obligará a implantar «alternativas» a la venta y distribución de bebidas envasadas y de vasos de un solo uso. Además, se deberá garantizar un sistema de depósito para evitar que luego las botellas queden por ahí tiradas, como sucede en ocasiones tras las carreras.
Además, las administraciones, señala el texto, deberán favorecer el mercado de envases para implantar sistemas de retorno de los mismos.
Bolsas: Mejor de tela
Las bolsas de plástico son otro elemento que el Govern quiere quitar de la circulación cuanto antes (y sobre el que parece hay más concienciación desde que se cobra por ellas). Habrá que acostumbrarse sí o sí a llevar bolsas de tela o rafia.
A partir del 1 de enero de 2019 no se podrán distibuir bolsas de un solo uso (sólo estarán autorizadas las que son de plástico compostable y muy ligeras siempre que se usen con productos alimentarios y por cuestiones de higiene o seguridad).
Platos y vasos: Fiestas de cumpleaños más sostenibles
Los platos, cubiertos, bandejas y vasos de plástico estarán prohibidos a partir de enero de 2020, salvando únicamente los que sean compostables. Familias y empresas deberán buscar alternativas reutilizables para organizar sus eventos.
Los bares y restaurantes tampoco podrán utilizar productos de usar y tirar para el consumo de alimentos en el propio local (los productos para llevar o a domicilio quedan excluidos de esta prohibición). La distribución y venta de las pajitas de plástico también quedan prohibidas, a no ser que se pueda hacer compost con ellas.
Comida: Contra el despilfarro
Evitar que comida en condiciones acabe en la basura es otro objetivo de Medio Ambiente y por ello se hará una regulación que prohibirá que los comercios eliminen alimentos en buen estado. Además, el Govern promoverá que la comida sobrante de comedores escolares y hospitales pueda ser donada a comedores sociales y a particulares que lo necesiten. Bares y restaurantes estarán obligados a facilitar a los clientes que los soliciten los restos de comida que no se hayan acabado.
Sanciones: De 300 euros a 1,7 millones
El régimen de sanciones por incumplimiento de esta nueva ley es el marcado por la legislación básica del Estado en materia de residuos y suelos contaminantes, «a excepción de las multas».
La nueva norma autonómica prevé así que las infracciones leves podrán ser penadas con multas de 300 a 9.000 euros. La graves supondrán un importe de hasta 300.000 euros, mientras que las muy graves pueden llegar hasta los 1,75 millones.
Fuente: http://www.diarioinformacion.com