El secretario de Estado de Medio Ambiente, del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Hugo Morán, ha apuntado que la estrategia de economía circular y los cambios que supone a la Ley de residuos y suelos contaminados está «a punto» de convertirse en norma y, en su implantación, considera «razonable» la creación de un observatorio de datos del reciclaje, así como la introducción del sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR) que será «fundamental» para algunos residuos.
Morán, en declaraciones a los medios de comunicación en la entrega de Premios Pajaritas Azules 2020 a 35 Ayuntamientos, ha recordado la carencia en Europa de un modelo «homologado» de manejo de datos que permita comparar, algo que supone una «dificultad» a la hora de establecer el cumplimiento de los objetivos marcados para los distintos países.
Si bien a nivel europeo ese es «el primer obstáculo», en España también cree que es necesaria una «herramienta» que ponga en común la medición de datos de las administraciones y de las empresas del sector.
«Un observatorio para la gestión del desarrollo de la aplicación de los modelos de la economía circular sea probablemente uno de los elementos que respondan tanto al déficit de homologación de los datos», ha precisado Morán que cree que ese modelo permitiría identificar fallos del sistema y contar con elementos de análisis que serviría de herramienta del sector.
Por ello, ve «razonable» que en el marco de la implantación de la estrategia de economía circular se cuente con un observatorio que permita contar con los datos actualizados en tiempo y en forma en España y, al mismo tiempo, espera que la UE logre un mecanismo de medición de datos compartido.
En cuanto al sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR), opina que para «algunas» líneas o flujos de residuos se convertirá en «elemento fundamental» de gestión.
«Probablemente haya líneas diferentes en las cuales no haya elementos sustitutivos al cien por cien, pero es evidente que hay que implementar una vía de entrada al sistema de depósito devolución de envases y retorno que complemente algunos de los déficit que el actual modelo tiene», ha subrayado.
Además, tras entregar las pajaritas azuleas, el secretario de Estado ha vaticinado al sector papelero un buen futuro ya que cree que será el «producto más gestionable en términos de circularidad» en el salto hacia una economía circular, al pasar de residuo a producto.
En el contexto actual, cree que el ciudadano ya no es un agente pasivo sino activo y se convierte en el elemento que «incentiva» a las administraciones» a tomar decisiones más exigentes, al tiempo que ha recordado que España va «por detrás», por lo que asegura que «en estos momentos» el «gran reto» para el Gobierno es colocar al país en «la vanguardia» de los procesos de gestión de la economía circular en el ámbito de los residuos.
Así, confía en que la estrategia de economía circular que verá la luz «en próximas fechas» marcará el camino de país para acometer el reto de la lucha contra el cambio climático. SIN ESPERAR A EDUCAR A LAS GENERACIONES FUTURAS
En ese camino, ha augurado que el papel «va a crecer en protagonismo» en un contexto de consumidores comprometidos. Para ello, ha dicho que es «fundamental» el papel de la escuela en la educación de los más pequeños pero eso «lleva mucho tiempo» y no se puede perder generaciones en esta tarea en la que España va «por detrás» de lo que requiere la lucha contra el cambio climático. «Debemos dar el salto de gigante hacia adelante y no podemos esperar a culminar procesos de formación en el ámbito escolar», ha insistido.
Por su parte, el presidente de ASPAPEL, Jordi Mercader, ha recordado la «delicada» situación coyuntural del mercado del papel para reciclar, a nivel europeo y global, tras la desaparición del mercado chino, por lo que es necesario realizar ajustes en un modelo que ha funcionado con excelencia durante treinta años.
Asimismo ha destacado que la recogida selectiva del papel y el cartón sigue creciendo en España «por cuarto año consecutivo» y que en 2018 se incrementó en un 11 por ciento, lo que supone multiplicar casi por seis el aumento del consumo de papel y cartón.
Igualmente, Mercader ha adelantado que los datos preliminares de 2019 apuntan que en España se han recogido de forma selectiva 4,5 millones de toneladas de papel y cartón usado y que se reciclaron cinco millones de toneladas. PREMIADOS
Mercader y Morán han entregado a 35 Ayuntamientos y mancomunidades los premios ‘Pajaritas Azules’, que reconocen la excelencia en la gestión de recogida selectiva de papel y cartón, con una, dos y hasta un máximo de tres ‘pajaritas’.
Por comunidades autónomas, Andalucía y Cataluña encabezan la clasificación con ocho y seis entidades. A estas le siguen Castilla y León y Comunidad de Madrid, con cinco galardonados y País Vasco con tres. También han obtenido dos pajaritas azules Castilla-La Mancha, Principado de Asturias, Aragón, Islas Canarias, La Rioja, Baleares y Comunidad Foral de Navarra.
La directora del programa Pajaritas Azules de Aspapel, Orallo, ha indicado que en 2020 la novedades es que los municipios del programa han implantado un sistema de control de calidad de papel y cartón recogidos y que el próximo año ese será un requisito imprescindible para optar a alguna de las categorías de pajaritas azules.
Han obtenido tres pajaritas azules los Ayuntamientos de Barcelona, Lérida, Mollet del Vallés, el Prat de Llobregat, Bilbao, Burgos, Cádiz, Ciudad Real, Córdoba y SADECO, Coslada, Fuenlabrada, Getafe y LYMA, Gijón y Emulssa, Granadilla de Abona y SERMUGRÁN, Logroño, Sefovia, Soria, Valladolid, Vitoria-Gasteiz, Consorcio de Residuos y Energía de Menorca, Consorcio de agrupación nº 1 Huesca y GRHUSA, Ciudad Real, Diputación de Córdoba y EPREMASA, Mancomunidad comarca de Pamplona, Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, Mancomunidad de San Marcos.
Con dos pajaritas azules han sido premiados los Ayuntamientos de Reus, Terrasa y Ecoequip, Dos Hermanas, Salamanca, San Fernando, Sevilla y Lipasam y, con una pajarita azul han sido distinguidos los Ayuntamientos de Parla, Rivas-Vaciamadrid y RivaMadrid y la Diputación de Málaga y el Consorcio Provincial RSU Málaga.
Fuente: La Vanguardia
