El pasado 26 de febrero, se formalizó el Acuerdo metropolitano para el residuo cero. Este gran pacto a escala metropolitana entre el AMB, el Gobierno de la Generalidad de Cataluña, a través de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) y los 36 ayuntamientos metropolitanos ha dado como fruto una estrategia conjunta para la gestión de los residuos municipales con un horizonte 2025.
El Acuerdo metropolitano para el residuo cero está incluido dentro del Programa metropolitano de prevención de residuos y gestión de recursos y residuos municipales 2017-2025 (PREMET25), el nuevo plan estratégico de gestión de residuos redactado por la AMB.
La redacción de este plan ha sido una de las prioridades de la AMB en el mandato 2015-2019, para salir del estancamiento en torno al 35% de la recogida selectiva metropolitana. Este índice alcanzó su máximo histórico en 2010, con un 37,2% y ha ido disminuyendo progresivamente hasta el nivel actual del 35,5% tras un repunte en 2018.
El PREMET25 tiene como objetivo último dar cumplimiento a los mandatos de la Unión Europea: una tasa de reciclaje del 55% en 2025 y del 60% en 2030. Durante la presentación, Eloi Badia, vicepresidente de Medio Ambiente de el AMB, destacó que «el modelo actual, basado en contenedores abiertos las 24 horas del día, ha tocado techo. Desde el AMB queremos liderar un verdadero pacto de sociedad, que implique todas las administraciones, la industria, el comercio y la ciudadanía, y hacerlo desde un punto de vista municipalista».
Nuevo paradigma de gestión de residuos
El nuevo programa determina que en 2025 toda la población, los comercios y los negocios de la AMB deberán implementado un sistema de individualización de la recogida de residuos, que permite identificar a los usuarios, y vincular el tipo y la cantidad de residuos producidos en nivel individual. Los sistemas elegidos para ser implantados en los municipios metropolitanos son la recogida puerta a puerta, los contenedores inteligentes y las recogidas comerciales específicas.
En 2025 también se establecerán tarifas en función de los residuos que se generen y de si se separan más o menos bien, del mismo modo que hoy cada uno paga en función de si consume más o menos agua o cualquier otro servicio. Este pago por generación incluirá tanto los residuos generados en el ámbito doméstico, que representan un 60% del total de residuos generados, como los del ámbito comercial, que suponen el 40%.
El futuro de las plantas de tratamiento de la AMB
Otro fundamento del PREMET25 es el abandono progresivo del actual modelo basado en los ecoparques, donde sólo es posible recuperar un 10-12% de los materiales reciclables de forma mezclada (y que si se separaran adecuadamente se podría recuperar el 90 %). Estas instalaciones se reconvertirán progresivamente en plantas de tratamiento más especializadas, sobre todo dedicadas a la materia orgánica.
También está prevista la reducción de la incineración de residuos: la planta integral de valorización energética, situada en Sant Adrià de Besòs, clausurará uno o dos de sus hornos (entre uno y dos tercios de la planta) de cara al año 2025, y disminuirá así el porcentaje total de residuos destinados a vertedero. En paralelo, disminuirá la cantidad de residuos que terminan en un depósito controlado, con la consiguiente reducción del impacto ambiental que suponen las últimas fases de la gestión de residuos.
Impactos del PREMET25
El cumplimiento de los objetivos del nuevo programa generará una serie de impactos positivos:
• Impactos ambientales: se reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero entre 160.000 y 250.000 toneladas cada año, disminuirá en un 8% de la toxicidad producida y la demanda de energía será un 32% menor.
• Impactos en el terreno económico: la Administración ahorrará 20 millones de euros anuales respecto a la situación de estancamiento de la recogida selectiva. También habrá una distribución más justa de lo que paga la ciudadanía y alejará la posibilidad de incurrir en multas y sanciones por parte de la Unión Europea.
• Impactos en el ámbito laboral: el cambio de modelo generará un aumento del empleo prevista para 2025 en temas de gestión de residuos en el área metropolitana, donde se crearán entre 1.047 y 1.650 puestos de trabajo, que significan entre un 12 , 8% y un 20,1% con respecto al empleo de 2017.
Casos de éxito
Algunos municipios metropolitanos ya aplican los nuevos sistemas de individualización y demuestran la efectividad con aumentos importantes de la recogida selectiva municipal.
Tiana y Torrelles de Llobregat, con la implantación del sistema puerta a puerta, se han situado como los dos municipios con índices más altos de recogida selectiva, con un 76% y un 63% respectivamente. Estos municipios continúan aplicando mejoras, como en el caso de Torrelles, por ejemplo, con los cubos con chip para optimizar la frecuencia de recogida y el control con cámaras y tarjeta de acceso al punto de emergencia.
Asimismo, Sant Boi de Llobregat, Castelldefels y el núcleo antiguo de Sarrià (Barcelona) también han aplicado cambios en el sistema. En Sarrià se ha pasado del 19% de recogida al 60% en un solo año. Otros municipios metropolitanos como L’Hospitalet de Llobregat, Cornellà de Llobregat o Esplugues de Llobregrat también prevén acciones como la implantación de contenedores inteligentes o de recogidas específicas comerciales.
Sólo con estas acciones, en 2018 la recogida selectiva en el AMB aumentó casi 2 puntos, hasta el 35,5%
Fuente: Área Metropolitana de Barcelona