Tras la lectura del interesantísimo y muy recomendable libro de Alberto Vizcaíno CONTENEDOR AMARILLO S.A., he procedido a calcular la tasa de reciclaje del contenedor amarillo en Bizkaia.
Una de las ideas principales del libro CONTENEDOR AMARILLO S.A. es que el sistema integrado de gestión de residuos utilizado en nuestro entorno, basado en los contenedores de colores (entre ellos el amarillo, para los envases ligeros de plástico, metal y madera) presenta una tasa de reciclaje muy pobre: es decir, que una parte importante de los residuos de este tipo generados en nuestra sociedad no acaban siendo reciclados, sino vertidos al suelo, aguas y atmósfera (incinerados).
¿Cuál es la tasa de reciclaje real de los envases ligeros con este sistema en Bizkaia?
Los datos de mi cálculo están recogidos en la siguiente tabla. Algunos de estos datos provienen de diversas fuentes públicas y otros son accesibles tras haber sido solicitados a la administración a través de los canales de acceso a la información pública. Para cada entrada señalo la fuente de información si es pública, o aporto la documentación correspondiente, tal y como ha sido proporcionada por la administración.
La red de contenedor amarillo de Bizkaia permite llevar a reciclar el 22,1% de los residuos de envases ligeros generados en Bizkaia. Si tenemos en cuenta los residuos de envases ligeros captados por otras infraestructuras de Bizkaia, la incineradora Zabalgarbi y la planta de pretratamiento mecánico-biológico TMB, la tasa de reciclaje global del sistema sobre los residuos de envases ascendería al 30,7%.
A continuación se describen más en detalle los flujos de residuos en el sistema de tratamiento de Bizkaia.
Los datos referentes al año 2020 sobre la generación de residuos urbanos en Bizkaia nos los proporciona el Observatorio de residuos de Bizkaia. Según este documento, en Bizkaia se generaron 621.263 toneladas de residuos urbanos (RU). De este total, lo recogido a través de la red de contenedores amarillos ascendió a 21.443 toneladas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos residuos de envases se recogen a través del contenedor de la fracción resto, sin separación. El flujo total de RU recogidos en masa, sin separación, ascendió en Bizkaia en 2020 a 338.705 toneladas (el 54,5% del total de RU).
¿Cuánto de este flujo son residuos de envases ligeros que deberían haber sido depositados en un contenedor amarillo? La respuesta se encuentra en la caracterización de residuos que realiza a los residuos que recibe Zabalgarbi, la incineradora de residuos de Bizkaia. La caracterización realizada en 2018 nos permite concluir que los envases de madera suponen el 0,5% en peso del total de residuos municipales recibidos, los envases de plástico el 10,92%, los envases de metal el 2,1% y los envases multimaterial (por ejemplo el brick) el 2,8% del total. Esto supone el 16,32% de las entradas de residuos municipales a Zabalgarbi, y lo podemos considerar una muy buena aproximación del porcentaje total de residuos de envases en el flujo de residuos recogidos en masa. De hecho, casi el 43% de esas 339 mil toneladas fueron directamente a Zabalgarbi para ser incineradas; otra parte muy importante acaba en el mismo sitio, o en vertederos de Bizkaia, tras pasar por la planta TMB de pretratamiento mecánico y biológico, sobre la que hablaremos más adelante. Esto implica que en 2020, en Bizkaia se recogieron en masa, sin separación, 55.277 toneladas de residuos de envases que podrían haber sido recogidas en contenedor amarillo.
La tasa de reciclaje se calcula como el cociente de dos flujos: los residuos derivados a reciclaje en el numerador del cociente, y los residuos generados totales en el denominador. Ya disponemos de esta última cantidad, la del denominador: en Bizkaia, en 2020 se generaron 76.720 toneladas de residuos de envases ligeros (o el equivalente a 67 kg por persona y año).
¿Y cuántos residuos son derivados a reciclaje? Por un lado tenemos las 21.443 toneladas recogidas en contenedor amarillo. En Bizkaia, este flujo es gestionado por Bizkaiko Zabor Berziklategia (BZB), “propiedad de Garbiker [empresa pública 100% perteneciente a la Diputación Foral de Bizkaia] y la empresa alemana Trienekens, [que] se ocupa desde 1999 de la separación y clasificación de envases ligeros recogidos de manera selectiva en Bizkaia”, según consta en su página web. Pero no todo lo que entra a BZB acaba reciclado. El contenedor amarillo mezcla los residuos de los diferentes tipos de envases. Tampoco evita la aparición de impropios que deben ser rechazados antes de derivarse a reciclaje (Alberto explica todo esto muy bien en su libro). ¿Cuánto de lo que llega a BZB acaba siendo realmente reciclado? La información está disponible en los flujos salientes anuales de esta instalación, que deben ser puntualmente recogidos por la administración competente (en este caso el Gobierno Vasco) y son objeto de acceso a la información pública. En este enlace está accesible el registro de BZB en 2020. En él se puede comprobar que fueron derivadas a reciclaje 2.297 toneladas de envases metálicos, hierro y acero (códigos LER 150104 y 170405), 9.269 toneladas de envases de plástico (LER 150102) y 5.366 toneladas de envases compuestos y mezclados (LER 150105 y LER 150106). 4.422 toneladas de rechazos (LER 191212) fueron derivados a vertedero e incineración desde BZB en 2020. Por tanto, de las 21.443 toneladas recogidas en contenedor amarillo solo 16.931 toneladas de residuos de envases fueron realmente enviadas a reciclaje (casi el 79% del total recepcionado). Esto significa que la red de contenedores amarillos de Bizkaia permite derivar a reciclado el 22,1% de los residuos de envases generados en el territorio. Esta es la tasa de reciclaje que proporciona la red de contenedor amarillo de Bizkaia en estos momentos: el 22,1%.
El sistema de gestión y tratamiento de RU de Bizkaia, sin embargo, logra reciclar más residuos de envases en otras instalaciones, dentro de la cadena de tratamiento de la fracción resto (residuos recogidos sin separación).
La planta de pretratamiento mecánico-biológico de Bizkaia (TMB-Artigas) recibió en 2020 178 mil toneladas de residuos urbanos mezclados, incluyendo, según la caracterización del flujo de entrada a Zabalgarbi, 29 mil toneladas de residuos de envases. Los registros de salida de la TMB nos dicen que en 2020 el pretratamiento mecánico en esa planta logró desviar a reciclaje 4.416 toneladas de residuos de envases. La TMB, por tanto, permite derivar a reciclaje solo el 15,2% de los residuos de envases que le llegan.
Zabalgarbi, la incineradora de Bizkaia, también deriva a reciclado una pequeña parte de los residuos de envases que recibe, en este caso de los metálicos. El registro de salida de Zabalgarbi en 2020 nos dice que esta planta recuperó ese año 2.857 toneladas de chatarra y metales mezclados. Si tenemos en cuenta que solo parte de esos metales provienen de envases, aplicando los porcentajes recogidos en la caracterización de 2018 tenemos que la incineradora recuperó para reciclaje 2.214 toneladas de envases metálicos.
Sumando lo recuperado por la TMB y Zabalgarbi a lo recuperado a través del contenedor amarillo llegamos a una cifra de 23.561 toneladas de residuos de envases derivados a reciclaje, o el equivalente al 30,7% del total generado en Bizkaia en 2020.
Hasta aquí, los datos. ¿Qué nos dicen del sistema de tratamiento de residuos de Bizkaia? ¿Es satisfactorio su funcionamiento? A continuación, una breve valoración.
El objetivo del aprovechamiento de los recursos materiales debe orientarse por los objetivos de lo que ha dado en llamarse economía circular, y que básicamente persigue lograr un metabolismo socioproductivo en el que se cierren al máximo los ciclos de materiales, no dando lugar a la generación de residuos.
El sistema integrado de gestión de residuos basado en contenedores de colores persigue maximizar el reciclaje de los residuos; en el caso del contendor amarillo, de los envases ligeros de metales, madera y diversos materiales plásticos. Desde el punto de vista de la economía circular, la implantación de este sistema supone un primer fracaso en relación al objetivo fundamental, ya que existen otras prioridades en la gestión de los residuos, como son la prevención y la reutilización, que proporcionan en general mayores beneficios ambientales, sociales y económicos -por eso se sitúan por encima del reciclaje en la jerarquía de tratamiento de los residuos- y que no son cubiertos por el contenedor amarillo -los residuos recogidos en él no se pueden reutilizar- y que sí son impulsados por otros sistemas de gestión alternativos, como los sistemas de depósito, devolución y retorno (también conocidos como SDDR). El material reciclado nunca recupera la calidad del material primario, y es prácticamente imposible reciclar el 100%, ya que siempre aparecerán impropios y rechazos en el proceso de clasificación y preparación (la planta BZB en Bizkaia tiene una eficiencia de menos del 80%).
Los objetivos planteados por la Unión Europea para el reciclado de residuos son mucho más modestos que la eficiencia de las plantas de clasificación y preparación para el reciclaje. En 2008, la Directiva Europea de Residuos estableció un objetivo de reciclaje del 50% de los residuos urbanos antes del año 2020. La actualización de esta Directiva en 2018 elevó los objetivos de reciclaje de residuos urbanos al 55% en 2025, al 60% en 2030 y al 65% en 2035.
El sistema de gestión de residuos de envases mediante el contenedor amarillo supone un rotundo y absoluto fracaso en Bizkaia, ya que el 22,1% de reciclaje que aporta en este territorio queda no solo lejísimos de los objetivos de la economía circular, sino incluso de los modestos objetivos del 50% que la Unión Europea marcaba para hace ya casi dos años. El sistema en su conjunto recicla un escasísimo 30,7% de residuos de envases, también muy por debajo de los niveles exigibles a día de hoy en Europa. Zabalgarbi, por su parte, logra derivar a reciclaje algo más del 9% de los residuos de envases que recibe, y la TMB poco más del 15% de los residuos de envases que le llegan.
Alguien dirá que estas instalaciones están más orientadas a la valorización energética de los residuos de envases, pero ni siquiera eso. Tal y como se puede verificar en el registro de salidas de la TMB, en 2020 esta instalación derivó al vertedero de Artigas, también en Bizkaia, nada más y nada menos que 45.558 toneladas de CDR (combustible derivado de residuos, que incluye gran cantidad de restos de envases plásticos y de papel). Si residuos valorizables como los CDR acaban en vertedero, o no son valorizables, o están más gestionados.
Fuente: EKOPOL