Se necesita una colaboración eficaz entre diversos grupos internacionales para mejorar la gobernanza de los materiales secundarios y promover una economía circular responsable y orientada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La decisión de China de prohibir las importaciones de la mayor parte de los residuos de plástico y otros materiales de desecho en 2018 provocó una conmoción en todo el mundo.
El gigante asiático venía importando alrededor del 45% de todos los residuos de plástico comercializados a nivel internacional desde 1992, por lo que la nueva política desvió un importante flujo de residuos plásticos a otros países.
También planteó importantes cuestiones sobre cómo comerciamos con los residuos, que conllevan riesgos medioambientales relacionados con los contaminantes y pueden perjudicar a las economías en desarrollo al introducir en sus mercados productos de segunda mano baratos e importados.
550 MILLONES DE TONELADAS DE MATERIALES USADOS COMERCIALIZADOS
En 2019, los países comerciaron con 550 millones de toneladas de materiales usados -como residuos de plástico, metales, productos electrónicos, papel y ropa de segunda mano- por valor de 315.000 millones de dólares.
Dado que la visión de una economía circular global gira en torno a la conversión de los residuos en recursos, la decisión de China pone de manifiesto la urgente necesidad de comprender y supervisar mejor este comercio.
Al reducir la producción primaria, los materiales secundarios (residuos reciclables) ofrecen inmensos beneficios económicos y medioambientales, además de reducir el consumo de agua y las emisiones de CO2.
Las evaluaciones realizadas por la Fundación Ellen MacArthur en colaboración con la UNCTAD han revelado que los principios de la economía circular podrían ahorrarle a China 10,3 billones de dólares para 2040.
El mundo necesita un comercio dinámico de materiales secundarios. La pregunta es: ¿cómo puede hacerse de forma que proteja mejor a las personas y al planeta?
LA NATURALEZA DE LOS FLUJOS COMERCIALES: LECCIONES DE LOS RESIDUOS DE PLÁSTICO
Un análisis en red de los datos comerciales tras la prohibición de China ofrece una importante visión de las complejas relaciones en el comercio de residuos plásticos.
- Los residuos fluye hacia regulaciones más débiles. Cuando un país restringe las importaciones de residuos de plástico, los flujos comerciales tienden a desviarse hacia países más pobres con normativas más débiles, lo que perjudica al medio ambiente. Por ejemplo, desde la prohibición de China, las importaciones de material secundario en los países en desarrollo han aumentado considerablemente. Como ejemplo, los envíos de residuos plásticos hacia Malasia se triplicaron entre 2016 y 2018, alcanzando 870.000 toneladas tras las restricciones de China.
Pero los materiales residuales no fluyen de los países más desarrollados a los menos desarrollados de forma lineal. Por ejemplo, hay flujos más fuertes de etileno reciclado -una forma de plástico muy utilizada para botellas, tejidos sintéticos y envases de alimentos- de México a Estados Unidos que a la inversa. - Las características regionales importan. La investigación demuestran que el comercio agrupado de un material secundario específico pueden deberse a varias razones, como las rutas comerciales, la logística inversa, la proximidad geográfica o los acuerdos comerciales. Por lo tanto, además de la gobernanza global y multilateral de los plásticos, es importante considerar las características y regulaciones regionales para el «comercio de residuos».
- Los bajos aranceles dificultan la política medioambiental. Las importaciones de plásticos mixtos son las que están sujetas a los aranceles más bajos, con una media de sólo el 5,4%, en comparación con más del 6% para todos los demás tipos de plásticos de desecho. Esto es contrario a los objetivos de la política medioambiental, ya que los plásticos mixtos son más difíciles y costosos de reciclar y, por tanto, peores para el medio ambiente. Los plásticos mixtos representan más del 50% de todos los plásticos reciclados que se comercializan a través de las fronteras, tanto en términos de valor como de peso.
- El comercio ilícito crece a la sombra de los residuos. Hay pruebas de que existe una importante «economía sumergida» en el comercio de residuos de plástico. El artículo ha revelado grandes discrepancias de precios entre las exportaciones e importaciones declaradas por los socios comerciales. Por término medio, los exportadores declaran valores un 18,47% superiores a los de los importadores, lo cual es contrario a la discrepancia que suele darse en el comercio internacional. La magnitud de los flujos comerciales ilícitos de residuos es enorme, según la Organización Mundial de Aduanas (OMA). Su mayor incautación hasta la fecha es de 180.000 toneladas de escorias de fundición enviadas ilegalmente desde España. Pero las operaciones de la OMA son sólo una instantánea. Se necesitan más datos.
SE NECESITA COLABORACIÓN PARA MEJORAR LA GOBERNANZA
Se necesita una colaboración eficaz entre diversos grupos internacionales para mejorar la gobernanza de los materiales secundarios y promover una economía circular responsable y orientada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Algunos ejemplos son la enmienda del Convenio de Basilea, que está ayudando a mejorar el comercio de plásticos, así como un grupo de trabajo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) creado recientemente para coordinar la acción mundial sobre los plásticos.
La UNCTAD ha estado apoyando a los miembros de la OMC preocupados por la contaminación de los plásticos en los océanos, y proporcionando asistencia técnica a los países del África subsahariana y del sur de Asia a través de un programa de fabricación sostenible (SMEP) apoyado por el Reino Unido. La UNCTAD también dirige la investigación sobre los sustitutos de los plásticos de un solo uso en el África subsahariana y el sur de Asia.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial también están incorporando estos debates, adoptando un enfoque sistémico que tiene en cuenta la producción y la eliminación.
Los años 2021 y 2022 son importantes para la gestión global de los materiales, que se debatirá en reuniones internacionales como las convenciones de Basilea, Róterdam y Estocolmo, la 5ª sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-5) y la Conferencia Internacional para la Gestión de los Productos Químicos (ICCM5) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
El sector privado y la sociedad civil también están respondiendo con iniciativas como la Alianza para Acabar con los Residuos de Plástico y la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE). Y los gobiernos están explorando mecanismos como los sistemas de responsabilidad ampliada del productor para promover la economía circular.
MÁS ALLÁ DE LOS PLÁSTICOS
La mejora de la gobernanza del comercio de materiales secundarios va más allá de los plásticos. En diciembre de 2020, la OMC creó un grupo de trabajo sobre comercio y sostenibilidad medioambiental que cuenta con el apoyo de más de 50 miembros.
Su objetivo es reforzar los debates en torno a temas como el cambio climático, la economía circular y la protección de la biodiversidad de cara a la 12ª reunión ministerial de la OMC, prevista para finales de 2021.
Fuentes de información como el Portal de Chatham House abren posibilidades de investigación sobre cómo extender las lecciones aprendidas sobre los plásticos a otros materiales.
Aunque se han producido avances significativos en la gobernanza de los plásticos residuales a alto nivel, su éxito depende, en última instancia, de su aplicación. De ahí que las partes interesadas, desde el nivel global hasta el local, deban responsabilizarse mutuamente y trabajar con cohesión para traducir los planes en acciones.
Fuente: UNCTAD