El Día Internacional de Residuo Cero tiene como objetivo promover patrones de consumo y producción sostenibles, apoyar el cambio social hacia la circularidad y crear conciencia sobre cómo las iniciativas de residuo cero contribuyen al avance de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El sector de los residuos contribuye significativamente a la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y naturaleza y la contaminación. La humanidad genera anualmente un estimado de 2.240 millones de toneladas de desechos sólidos municipales, de los cuales solo el 55 por ciento se gestiona en instalaciones controladas. Cada año, se pierden o desperdician alrededor de 931 millones de toneladas de alimentos y hasta 14 millones de toneladas de residuos plásticos ingresan a los ecosistemas acuáticos.
Las iniciativas de cero residuos pueden fomentar una gestión racional de los residuos y minimizar y prevenir los residuos, ayudando a abordar la triple crisis planetaria, proteger el medio ambiente, mejorar la seguridad alimentaria y mejorar la salud y el bienestar humanos.
Hacia el residuo cero
Un enfoque de cero residuos implica la producción, el consumo y la eliminación responsables de productos en un sistema circular cerrado. Esto significa que los recursos se reutilizan o recuperan tanto como sea posible y que minimizamos la contaminación del aire, la tierra o el agua.
Lograr el desperdicio cero requiere acción en todos los niveles.
Los productos deben estar diseñados para ser duraderos y requerir menos materiales y de bajo impacto. Al optar por métodos de producción y transporte que requieran menos recursos, los fabricantes pueden limitar aún más la contaminación y los desechos. La publicidad y la gestión estrecha de la demanda pueden permitir aún más el desperdicio cero a lo largo de los ciclos de vida de los productos.
Los consumidores también pueden desempeñar un papel fundamental para permitir el desperdicio cero cambiando hábitos y reutilizando y reparando productos tanto como sea posible antes de desecharlos adecuadamente.
Con los gobiernos, las comunidades, las industrias y otras partes interesadas reconociendo cada vez más el potencial de las iniciativas de cero residuos, reforzando la gestión de residuos y mejorando los sistemas de recuperación a través de la financiación y la formulación de políticas. La Estrategia Global para el Consumo y la Producción Sostenibles puede guiar esta transición. Establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas, los Estados miembros y las partes interesadas, la estrategia exige la adopción de objetivos de consumo y producción sostenibles en todos los sectores para 2030.
En este sentido, la Alianza Internacional Residuo Cero, ha redactado una definición de residuo cero: “La conservación de todos los recursos mediante la producción, el consumo, la reutilización y la recuperación responsable de productos, envases y materiales, sin quemarlos ni emitir vertidos -a tierra, agua o aire- que amenazan el medio ambiente o la salud humana”.
Es decir, para que el residuo cero sea una realidad, es necesario identificar las causas del actual continuo desperdicio de recursos y combatirlas. Y esto requiere repensar a fondo la forma de producir, distribuir y consumir. Su objetivo es mucho más que desvincular la actividad económica de la destrucción medioambiental. El objetivo es crear relaciones ecosistémicas que preserven el valor y la energía de los recursos y que al mismo tiempo permitan que la sociedad prospere. Y está claro que prosperar no tiene que ver únicamente con el crecimiento del PIB, un indicador económico que no sirve para medir el bienestar social, el equilibrio ecológico y las posibilidades de supervivencia de las generaciones futuras.
En esta línea, desde la organización Rezero, en el marco de la primera celebración del Día Internacional del Residuo Cero, apuntan las cinco claves que consideran imprescindibles:
- Reducción y uso eficiente de los recursos como principal referencia social y económica.
- Equilibrar la balanza de las responsabilidades hacia el sector productivo.
- Sistema productivo donde la salud de las personas esté en el centro.
- Información clara y transparente.
- Ciudadanía informada, comprometida y exigente.
Antecedentes
El 14 de diciembre de 2022, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución en su septuagésimo séptimo período de sesiones para proclamar el 30 de marzo como el Día Internacional de Residuo Cero, que se celebrará anualmente. Turquía, con otros 105 países, presentó la resolución. Sigue a otras resoluciones centradas en los residuos, incluida «Poner fin a la contaminación por plásticos: hacia un instrumento legalmente vinculante a nivel internacional», adoptada en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente el 2 de marzo de 2022.
Durante el Día Internacional de Residuo Cero, se invita a los Estados miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, la sociedad civil, el sector privado, mundo académico, la juventud y otras partes interesadas a participar en actividades destinadas a crear conciencia sobre la reducción de residuos a nivel nacional, regional y local. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) facilitan conjuntamente la celebración del Día Internacional de Cero Residuos.
La promoción de iniciativas de desperdicio cero a través de este día internacional puede ayudar a avanzar en todos los objetivos y metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incluido el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 y 12. Estos objetivos abordan todas las formas de desperdicio, incluida la pérdida y el desperdicio de alimentos, extracción de recursos naturales y desechos electrónicos.