El Observatorio de la Sostenibilidad1 presenta el I Anuario de Economía Circular de España 2018 dentro del Octubre Urbano auspiciado por Naciones Unidas como mes de las ciudades en el FORO PERMANENTE DE ECONOMÍA CIRCULAR del Gabinete de Historia Natural2.
El OS ha realizado un análisis sobre el estado de la economía circular en España a partir de indicadores cuantitativos de la economía circular, como la gestión de residuos, las tasas de producción y de consumo o el comercio de materias primas reciclables, con el fin de informar al público en general y sugerir a los responsables políticos y sectores empresariales hacia la toma de decisiones para la transición hacia una economía circular. El tema es extraordinariamente complejo y presenta numerosas oportunidades, por lo que es evidente la necesidad de comprender en mayor medida y mantenerse informado sobre la transición hacia una economía que dé lugar a un desarrollo económico, social y ambiental sostenible en la Unión Europea, así como poder medir los avances realizados en la consecución de los objetivos propuestos de preservación de los recursos mundiales, creación de empleo y generación de ventajas competitivas.
La economía circular pretende cerrar los ciclos de materiales de la economía y minimizar el uso de materiales, la utilización del suelo, el cambio del uso de la tierra, el uso del agua, de la energía, la emisión de gases de efecto invernadero y otras emisiones, las afecciones sobre la biodiversidad y la producción de residuos.
Las principales conclusiones del informe apuntan que España presenta una posición deficiente en la evaluación cuantitativa general de 16 indicadores seleccionados por EUROSTAT (Comisión Europea) para medir la EC: España se sitúa en la posición 10ª en la UE-15 (aunque dos países, Luxemburgo e Irlanda, no disponen de datos suficientes para realizar la evaluación) y una posición intermedia, la 14ª relativa en el ranking de los países de la UE-28(24 países con datos completos).
Por otra parte y respecto a los cinco grandes bloques de indicadores de economía circular:
1. España obtiene un buen lugar en productividad en el uso de los recursos. De los seis indicadores solo en dos de ellos, los relativos al agua, obtiene puntuaciones negativas. La reutilización es muy aceptable; sin embargo el stress hídrico es de los mayores de Europa (solo menos que los de Chipre y Malta); la productividad en el uso del agua es baja y en depuración de aguas queda un largo camino a recorrer.
2. Respecto a la producción y consumo, que mide la autosuficiencia de materias primas de la UE y la generación de residuos, España ocupa los puestos 8º(UE-15) y 18º (UE-28). España obtiene muy buen resultado, con la primera posición de la UE-15 en la reducción de generación de residuos municipales por persona en el periodo 2000-2016 , con una tasa del -33%.
3. Sobre gestión de residuos municipales, España ocupa los últimos lugares de la UE-15 en reciclaje, solo por delante de Grecia, con un 29,7% en el año 2016, habiendo bajado 10 puntos porcentuales desde 2008. Sobre corrientes específicas de residuos, en la tasa general de reciclaje de residuos de envases España ocupa buenos lugares (5ª posición de UE-15 con un 70,3%) habiendo superado los objetivos de 2030 (70%). Los mayores porcentajes de reciclaje se observan en residuos de envases de madera, vidrio y papel donde se han superado los objetivos de 2025. En metales todavía queda un recorrido y en plásticos, a pesar del problema existente en cuanto a su ubicuidad y presencia en muchos ecosistemas, la tasa es de un 45,5% (objetivo del 50% para 2025) ocupando el 4º mejor puesto en la UE-15. En vehículos fuera de uso, baterías y acumuladores, residuos electrónicos y bioresiduos las tasas de reciclaje son de las peores de la UE. Todo esto repercute en la magnitud de nuestra tasa de vertido: a falta de datos para Grecia, España se sitúa en las últimas posiciones de la UE junto a muchos países del Este, Chipre y Malta, lo que pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos de la UE.
4. En cuanto a uso de materias primas secundarias y la contribución de los materiales reciclados a la demanda de materias primas y el comercio de dichos materiales España presenta una aceptable tasa de importación por persona de materias primas secundarias(la 8ª mejor de la UE 15) y una escasa exportación, siendo la penúltima de la UE. Es decir hay muy poco movimiento de materias primas secundarias comparado con otros países de Europa.
5. En competitividad e innovación, España se muestra fuerte en porcentaje de empleo relacionados con la economía circular y mal en cuanto a inversión privada relacionadas con sectores económicos de la EC. En cuanto a valor agregado y a patentes relacionadas con los sectores de la EC estamos en posiciones intermedias a pesar de que queda un largo camino por recorrer.
Respecto a reciclado general en todas los materiales (no solo municipales) ocupamos posiciones intermedias.
En la relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para cumplir la Agenda 2030 de Naciones Unidas el ODS 6 (Agua), ODS7 (Energía), ODS 9 (Infraestructuras, industria e investigación y desarrollo), ODS 11 (Sostenibilidad urbana) y ODS 12 (Producción y consumo) son los más relacionados con la economía circular, obteniendo en la evaluación SOS18 de la Agenda 2030 de NN.UU. (Objetivos de desarrollo sostenible/ODS) puntuaciones de estado de cumplimiento deficientes o intermedias y tendencias evolutivas muy alejadas del óptimo.
Las lagunas más importantes en la obtención de información en Economía Circular en España se dan en los temas de contratación pública verde, el desperdicio alimentario y diversas corrientes de residuos, como los relacionados con el comercio electrónico, o diversos subproductos.
Las principales recomendaciones para pasar de una economía lineal a una circular incluyen «saltar» de una política de residuos (a pesar de los importantes carencias que ya hay) a una economía que cierre los ciclos, minimice las emisiones, los consumos energéticos y el uso de materiales, incluya el ecodiseño en todos los procesos de fabricación, el aumento necesario de la investigación y desarrollo, que potencie las bolsas de subproductos y la comunicación de las buenas prácticas que incluya procedimientos de compra verde y que, finalmente, incluya estos procedimientos en todas las políticas económicas de la administración central, autonómica y en las decisiones de las ciudades. Las empresas deben incluir estos principios en sus decisiones. Además, es necesario un marco de supervisión como base para la evaluación de políticas. Para una transición ecológica es imprescindible una economía circular. Una España sostenible deberá basarse en una España circular. Es necesaria una transición hacia una economía circular.
Fuente: www.retema.es
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